El otro día mi jefe en la empresa me preguntó a bocajarro: "¿Has dejado de hacer alguna cosa en tu vida por miedo?". Mi primera reacción fue de asombro mezclado con algo de desconfianza: ¿y por qué me pregunta esto a mí ahora?. Como he comentado en alguna otra entrada en este mismo blog a veces me vuelvo un poco paranoico. Enseguida respondí con un tono defensivo y alzando los hombros: "Supongo que no"
En realidad la pregunta no tenía ninguna doble intención detrás, simplemente según parece había estado en la presentación del nuevo libro de Elsa Punset y era uno de los temas de qué trataba. Os mando el enlace por si a alguno le interesa:
Brújula para Navegantes Emocionales
¿Y por qué cuento esta historia hoy? Pues verás, resulta que hace unos días cuando estaba escribiendo este blog, se me plantearon dudas sobre si era demasiado expuesto hacer públicos mis temas personales. Además hay que pensar que al hacerlo en tono de denuncia me estoy metiendo con un par de empresas muy importantes y con muchos medios. Quizás no conviene hacerse notar demasiado. Un pariente cercano me hacía ver que podía ser arriesgado y posiblemente tenga razón.
El problema es que según me voy metiendo en este tema, cada vez veo más claro que a veces es bueno tratar los problemas abiertamente y si voy mirando de antemano todas las implicaciones terminaría por no arriesgarme en nada. Así que tomé la decisión de seguir actualizando las entradas. Al final siento casi que este blog va teniendo su propia "vida" ;)
Una cosa es clara: Nunca sabremos qué pudo pasar con algo que no intentamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario